Pensando en nuestro recorrido desde 2012, parece increíble como el bádminton español se ha reinventado, mantenido las fortalezas y, con el esfuerzo extra que solo se da por aquello que verdaderamente es de primera relevancia en nuestras vidas, seguir luchando por un proyecto que somos conscientes es de un potencial espectacular. La extremadamente complicada situación económica bajo la que afrontamos este ciclo no dejaba pensar en un futuro halagüeño a corto-medio plazo. La propia Federación tuvo que adaptarse a marchas forzadas con mucho dolor profesional, y más aún personal, a una nueva realidad donde con la mitad debíamos hacerlo aún mejor que en los cuatro años previos. Estoy seguro, y me consta por conversaciones con muchos de vosotros, que esa complejidad ha sido igual, o quizá mayor en el caso de territoriales y clubes.
Con el hándicap de partida, esta enhorabuena, este abrazo colectivo, es aún mucho más placentero pues hemos demostrado que el bádminton español tiene el músculo vital para crecer; el capital humano. Éste ha sido el pilar fundamental para reconducir esa situación que se presentaba y alcanzar cotas inimaginables, con Carolina Marín al frente, para muchas personas que se han ido acercando a nosotros a lo largo del camino. El éxito ha venido también acompañado en el mantenimiento de programas federativos y control económico eficiente y sostenible que son soporte necesario para que la cima de la pirámide siga estando cada vez más alta, en ello hemos contado con la confianza y respaldo total de las instituciones deportivas nacionales e internacionales.
Tampoco hay que negar puntos negativos que nos han debilitado en momentos determinados. Estas situaciones amargas, que fueron reconduciéndose de forma conjunta mediante diálogo y consenso, deben servirnos como alerta para evitar tropiezos en el futuro que frenen la evolución. Confío en que yo mismo junto con los miembros de esta Federación que tengo el honor de presidir y toda la familia del bádminton español, seamos conscientes que lo que nos une, el bádminton, está muy por encima de los posibles elementos que puedan llegar situarnos en visiones diferentes. Esa unión y abrazo fue simbolizado en las pasadas Jornadas Nacionales celebradas en 2016, momento clave que sirvió para analizar entre todos de dónde venimos, dónde nos encontramos y lo que queremos conseguir en un futuro con la mirada puesta en el faro que ha guiado los pasos del crecimiento; el Plan Estratégico FESBA.
Los pasos deben seguir siendo mantener nuestras fortalezas en programas de alta calidad vinculados a alta competición, tecnificación, eventos nacionales e internacionales y popularidad creciente, buscando que elementos como la promoción, la formación y la búsqueda de recursos se sitúen a la misma velocidad que los elementos anteriores. Para ello, debemos seguir explorando las vías y procedimientos que nos han permitido un crecimiento continuo, a la vez que indaguemos en las nuevas oportunidades que tenemos a través de programas y proyectos en primeras fases vinculadas al Bádminton+, Erasmus+, estrategias de retorno sobre la inversión en patrocinio, organización de nuevos eventos internacionales, etc. que pretenden que las raíces del bádminton se extiendan y profundicen con mayor fuerza en la sociedad.
Amigos, el futuro nos plantea un reto ilusionante, seguir mejorando, seguir creciendo como deporte y como personas. De nuestra visión de futuro, nuestro sueño realizable, “Llegar a ser uno de los deportes más populares y practicados en España” mantra con el que trabajemos cada segundo que dedicamos al bádminton, debemos sumarle la adenda de “convirtiéndonos en una potencia mundial de nuestro deporte”. Hemos conseguido todo lo que nos hemos ido proponiendo, estoy seguro que podemos seguir alcanzando lo que nos proponemos en el futuro. El bádminton español se lo merece.
David Cabello Manrique
Presidente Federación Española de Bádminton