El año chino de Laura Primo

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El año chino de Laura Primo

Una jugadora madrileña por China: eso es lo que ha sido Laura Primo durante la temporada 2014-2015. Tras unos años en el CARD Madrid y ser internacional con la selección española universitaria en los Mundiales de Córdoba 2014, Primo decidió vivir la aventura china compaginando sus estudios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte con su pasión, el bádminton.

¿Qué ha hecho una jugadora madrileña de bádminton viviendo en la meca del bádminton mundial?

¡Buf! Es una pregunta difícil de contestar… ¡me ha pasado de todo!. He estado un año estudiando allí, en las Universidades del Deporte de Shanghái y de Beijing. He aprendido muchísimas cosas y sobre todo he vivido en una aventura continua.

¿Cómo ha sido tu día a día alternando bádminton y estudios?

El día a día era muy entretenido. Tenía clases de la universidad, de bádminton y de idioma chino, así que siempre estaba ocupada. Los fines de semana aprovechaba para hacer turismo con mis amigos de allí y, una vez al mes, solía tener competición.

¿Cómo de diferente es el entrenamiento de bádminton en China respecto al modelo occidental o específicamente el español?

Mis compañeros de entrenamiento estudiaban "Bádminton" como carrera universitaria, lo cual me sorprendió bastante. Ésto es porque es un deporte muy popular allí y la demanda de entrenadores especialistas es enorme. El entrenamiento es bastante diferente al europeo: allí el componente táctico no tiene tanta importancia como aquí, al menos así era donde yo entrenaba. El ambiente era divertido, ¡los chinos no son tan serios como pensamos! (Risas).

 ¿Has tenido oportunidad de competir de tú a tú contra los chinos?

Sí, he tenido la suerte de poder competir formando parte del equipo de la Universidad en Beijing. No eran competiciones BWF, sino internas organizadas por el país. Eran muy curiosas. Os explico:

Siempre por equipos al mejor de 7 puntos. Normalmente en cada equipo sólo había una chica. Cada partido a 21 puntos con cambio de pista en el punto 11.  En este caso yo jugaba el mixtos con otro compañero, dos chicos un dobles masculino y otro el individual masculino. Luego se volvían a jugar esos 3 partidos con la misma alineación. En caso de empate 3-3 se decidía el encuentro con un individual entre las dos chicas, también a 21 puntos. El papel de la chica era clave en cada equipo, ¡se la jugaban al final!.

Los enfrentamientos eran muy divertidos, las pistas rodeadas de aficionados casi metiéndose en los tapices, muchísimo ambiente… ¡increíble! y no podíamos despistarnos ni un segundo, ¡cada partido sólo era un set!. Por supuesto habría más competiciones con otros estilos en toda China, pero éstas son en las que yo competí.

Sin que existan cifras exactas, desde BWF se habla de 120 millones de practicantes habituales de bádminton en China, casi un 10% de su población. ¿Es tan exagerado?.

La verdad es que sí, más que popular yo diría que es un deporte tradicional. Todos los chinos han jugado alguna vez en su vida, bien en el colegio, con sus abuelos... y si quieres ver gente jugando no tienes más que ir a un parque, ¡desde las 6 de la mañana están llenos de ancianos jugando! Alucinarías lo en forma que están.

Pero realmente no es un deporte que mueva masas ahora mismo del mismo modo que podría ser hace años. Ahora se decantan mucho más por los deportes top de países de occidente, sobre todo fútbol y baloncesto. Si eres entrenador de estos dos y en España hay muchos en tu mismo puesto, no dudes en ir a China a buscar trabajo, la demanda es enorme, encontrarás algo nada más bajar del avión.

El bádminton junto con otros deportes como el tenis de mesa son deportes que por supuesto siguen siendo muy practicados pero no interesan a los jóvenes como deporte de competición, más bien como ocio y reunión con amigos. De hecho, hay muchísimos clubes de aficionados que quedan para jugar después del trabajo. Muy buenas instalaciones dedicadas exclusivamente a su deporte y todos los jugadores superequipados al estilo de sus jugadores favoritos; son superfans. A mí esto me sorprendió muchísimo (Risas).

A nivel personal, ¿que ha significado en tu crecimiento como persona y, a su vez, como jugadora de bádminton tu año chino?

Desde luego es una experiencia de la que no me voy a arrepentir nunca. Como persona he aprendido mucho a base de experiencias impensables aquí, me he metido mucho en sus vidas  conviviendo con el chino de a pie, siguiendo sus tradiciones, siendo casi una más. He viajado por lugares alucinantes: templos, pueblos remotos, montañas perdidas y he conocido personas de casi todas las culturas del mundo. Aunque, sobre todo, he aprendido a valorar mucho más las cosas. Por otro lado, he echado de menos España, más que la comida y lugares -que también un poco-, las buenas personas que me rodean aquí y los momentos que paso con ellos. ¡He estado casi 11 meses sin verles!.

A nivel de bádminton, mi entrenador chino de allí me ha enseñado pequeños detalles que me han dado pie a marcarme nuevos objetivos de mejora para la temporada que viene, así que estoy muy contenta.

La pregunta más importante… ¿Qué tal llevas el chino mandarín?

Al principio fue complicado. Allí casi no hablan inglés, por supuesto no hablan español, y yo, al llegar, no hablaba chino. El idioma siempre es una limitación…¡o una gran ventaja cuando empiezas a dominarlo! (Risas). Sin ninguna vergüenza y con mucha dedicación me fui acostumbrando a expresarme medio con gestos medio con palabras que iba aprendiendo. De escucharlo a todas horas, fui empezando a entender y de repente llegó un momento de: “estoy hablando chino con chinos”; no daba crédito.

Tras la aventura china… ¿en 2015-2016 qué?

Después de vivir un año tan lejos de todo, este año quiero estar en España, terminar la carrera, ordenarme un poco las ideas de futuro y, después... ¡quién sabe!

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